29 oct 2012

Demonio # 789

Los movimientos descontrolados del cuerpo son fáciles de reconocer... los de la mente por el contrario se esconden en esa oscuridad inaccesible del yo extraño, que se nos hurta. Disfrazados con mil siluetas ajenas, nos invitan a comulgar alienación y tolerancia antes que calificarlos como torpeza.

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