16 abr 2011

Demonio # 317

Con frecuencia pensaba «no puede ser» y aguardaba el instante en que todo cambiara sin motivo aparente (como lo había hecho tantas veces) y dejara de ser
aquello que «no puede ser». Ese instante en el cual parece que no llega nunca el ansiado cambio, vital... hace que el mundo quede suspendido en el aire, de
igual forma que la fuerza de la gravedad indulta al bañista que se abandona al mar en la cresta misma de la ola, tan efímera.