26 ene 2011

Demonio # 237

LOS LADRONES DE LA ALEGRÍA
Sin apercibirnos, fruncimos el gesto al rascar una pegatina; de la misma forma, en la vida cotidiana llevamos adherida una tristeza inconsciente gracias a ellos. Somos la obra inconclusa de este colectivo, el resultado de su plan sobre el conjunto: sólo somos herramientas que engordan sus beneficios con el trabajo. No sólo eso: nuestro gasto (compulsivo y evasivo) redobla otra vez sus beneficios. Si nos vencen con tristeza o desencanto, contribuímos a perfeccionar su máquina implacable: la que nos oprime, esa nueva guillotina llamada capitalismo.

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